⏳ La revolución de las IAs creativas
En febrero de este año publicamos un número del newsletter dedicado a las Inteligencias Artificiales (IA) que estaban revolucionando el arte. En él abordamos los nuevos algoritmos que estaban haciendo posible este tipo de avances y también los distintos dilemas filosóficos que surgían al respecto. Sin embargo, pocos meses después de dicho número la discusión había ya cambiado radicalmente; en el espacio de menos de un año distintas compañías dedicadas al desarrollo de IA - Open AI, Stability AI, entre otras - han presentado al mundo nuevas herramientas que han cambiado por completo la discusión.
Hoy la creación de contenido visual está pasando por una revolución acelerada. IAs que crean imágenes o videos a partir de texto o código, otras que logran imitar el estilo de un artista sin ningún tipo de esfuerzo o máquinas que reinventan obras de arte ya existentes son solo algunos ejemplos. En este newsletter abordaremos una pequeña panorámica del actual estado de cosas y también los dilemas que hoy están presentando.
¿Qué es esta tecnología?
Cuando en el número de febrero hablamos sobre las IAs creativas lo hacíamos haciendo alusión en particular a la tecnologia de las llamadas Redes generativas adversariales (RGA) (para más detalle revisa nuestro video en Youtube sobre el tema). Descrita en pocas palabras, este tipo de tecnología permite crear imágenes a partir de un conjunto de imágenes preexistentes: estas son procesadas, decodificadas y finalmente se convierten en una guía para crear imágenes similares.
Lo que han presentado estas nuevas compañías es algo diferente. Se les denomina “modelos de difusión”1, la mayoría de ellas funciona a través de texto y, al tener su mecanismo les permite crear imágenes mucho más nítidas y cercanas a la realidad (a diferencia de las creadas con RGA) y también permite crear imágenes sin basarse en algo preexistente. Open AI, una compañía dedicada al desarrollo de la IA co-fundada por Elon Musk, fue la primera en lanzar esta tecnología a través de su programa Dall-E, bautizada en honor al pintor Dalí. Esta inteligencia fue lanzada en julio y fue rápidamente seguida por otros desarrollos como Midjourney o Stable Diffusion. Todas ellas actualmente avaluadas a cientos de millones de dólares y en constante evolución.
Dilemas de propiedad intelectual
A pesar de que estamos hablando de una tecnología muy reciente - de no más de 6 meses de existencia pública - ella ya está causando múltiples estragos dentro de las artes visuales. El primero de todos nace de la forma en cómo estas máquinas son entrenadas: ellas son alimentadas a través de grandes bancos de imágenes que sirven para guiar su desarrollo. El problema es que muchas imágenes y obras creadas por artistas han sido utilizadas con este propósito sin que estos hayan consentido. Esto no significa sólo que no han sido recompensados por su trabajo, sino que la máquina también aprende a crear imágenes en el estilo de estos mismos artistas.
Ese fue, por ejemplo, el caso del artista coreano Kim Gun Ji. El dibujante murió en octubre pasado y pocos días después de su fallecimiento un usuario en Twitter ocupó toda la obra del artista recién fallecido para entrenar a un modelo de IA. Luego liberó el código para que cualquiera pudiera hacer uso de este algoritmo, todo esto sin el consentimiento del artista y permitiéndole a cualquiera crear nuevas obras en su estilo. Este caso fue especialmente comentado, sin embargo no es el único ni tampoco el último.
La amenaza que presenta esta tecnología para artistas del pasado como del presente es su alta capacidad para imitar la obra de otros y, en principio, volver obsoletos a los artistas que permitieron entrenar a estas máquinas. Sí existen múltiples barreras de paso que están retrasando esta posibilidad - el hecho que muchas de estas plataformas son de pago o que para hacer uso de algunas se necesita conocimiento de programación -, pero es un escenario que pronto puede llegar a ser realidad.
Automatización de la creación de contenido
Open AI fue la primera compañía que lanzó su modelo llamado Dall-e 2, pero este fue anunciado únicamente como un sofisticado proyecto y abierto a un número reducido de personas. Un par de meses después otra compañía lanzó su propio modelo llamado Midjourney el que, a su vez, también lanzó con un acceso restringido.
La razón detrás de estas restricciones se debe a que el poder computacional que requiere este tipo de tecnología es muy alto por lo que escalar el acceso no es viable; la segunda razón es que puede ser fácilmente usado con fines perniciosos, por ejemplo, para crear contenido que posteriormente pueda propulsar fake news. Y la tercera razón más importante fue que sí impusieron algunas restricciones a lo que la máquina era capaz de hacer (por ejemplo Dall-e no puede crear imágenes con rostros de personas) con la esperanza de establecer reglas de uso previo a su lanzamiento.
Sin embargo, todas estas medidas de prevención quedaron cortas tras el lanzamiento de Stable Diffusion, otro modelo de creación de imágenes completamente abierto al público. El código es de acceso público por lo que cualquier persona - con conocimientos medios de programación - puede hacer uso de este programa desde su computador.
Los escenarios que abren el acceso a esta herramienta son inesperados. Sí existen voces que han puesto paños fríos al asunto comentando que esta tecnología requiere de práctica para alcanzar buenos resultados y, por tanto, a pesar de que esté abierta al público no es algo que llegue a destruir trabajos creativos. Así mismo, otros comentan que el pánico de hoy no es nada más que la repetición de un escenario que ya ha ocurrido en el pasado (como por ejemplo tras la introducción de la fotografía que vendría a reemplazar la pintura) y que aún es demasiado temprano para vaticinar cuáles son los usos creativos que tendrá la herramienta.
La verdad es que el escenario que describe mejor la situación es que no sabemos qué pasará. El caso es que la tecnología continúa avanzando y otras compañías están irrumpiendo en la escena: por ejemplo, el gigante Meta - ex Facebook - ya anunció un nuevo modelo que puede crear vídeos a partir de textos y Microsoft anunció que adquirió esta tecnología para incorporarla en el próximo lanzamiento de sus softwares como Powerpoint o Word. El otro punto más relevante es que hoy esta tecnología se está transformando en una industria en sí misma con un gran nivel de inversión, lo que esto significa es que esta tecnología no va a estancarse.
Para mayor información sobre cómo funcionan los modelos de difusión revisa el siguiente video